Dijo que yo era el amor de su vida

 Es curioso cómo funciona la memoria corporal. Hace unos días me sentía muy inquieta, tenía esta ansiosa necesidad de tomar. No tomar para emborracharme sino tomar para adormecerme un poco, apenas lo suficiente. No entendía por qué: Mi salud había estado mejorando, estaba durmiendo mejor. ¿Por qué de repente me sentía en un peligro inminente?

Luego ayer entendí por qué. Como siempre Google Fotos puntual y prudente me devuelve un recuerdo del 2018 (NUNCA HABLAMOS DEL 2018) Claro, como si hubiera podido olvidar aquel viaje. Ojalá pudiera. Pero me alegra que no sea así. Me siento como Joel en Eterno Resplandor de una Mente Sin Recuerdos, cuando a la mitad del procedimiento para borrarle la memoria se arrepiente (UPS, SPOILER, PERO ES SU CULPA SI NO LA HAN VISTO, TIENE AÑÍSIMOS ESA PELI)

Es extraño. Es extraño para mí pensar en esa persona, el mimors, y reconocer este vacío en mi estómago como normal, pero al mismo tiempo sentirme cómoda con la idea de no buscar llenarlo. Es extraño darme cuenta que tiene años que no oigo su voz, que no veo su cara, que no siento sus manos o que sé de su persona, de su vida.

Es extraño, porque años atrás pensé que me iba a morir de la agonía del corazón roto cuando nos dejamos. Es extraño porque sigo viva, (¡Hasta me enamoré otra vez, he querido a más gente desde entonces!)

Me resulta raro pensar que yo alguna vez fui el amor de su vida. Es raro porque yo nunca he creído en ese tipo de cuentos alonormados, pero cuando el mimors lo decía yo le creía. Siempre le respondía:

-Yo no sé si existe el amor de la vida pero si sí espero que seas tú-


Y luego todo se acabó. Y hubo silencio, solitud, vacío y la fría agonía de saberme desamada por alguien que me consideró, en algún punto de su existencia, lo más grande. Lo mejor. Sus sueños y luego su perdición. 

Es imposible olvidar algo así, ¿No? Para mí sí. 

Creo que yo nunca dejo de amar a nadie. Incluso ahora escribiendo esto me desbordo de amor por el mimors. Pero sé cuando no me son recíprocxs, sé cuando ya no me quieren, y sé cuándo tengo que irme.

Y no puedo creer que alguien que me repitió hasta el cansancio que era el amor de su vida, dejara de tener esa vida.



Ya casi se cumplen tres años desde nuestra separación. Sí, un día antes de mi cumpleaños porque hasta eso el mimors siempre tuvo timing (sarcasmo)

Han pasado toda clase de cosas en mi vida desde entonces, tantas y tan formativas, que estoy tan segura que el mimors no es la misma persona tanto como yo ya no lo soy. ¿Cómo serían las cosas hoy?

Tuve poco tiempo para llorarle, pero en mis ratos libres lo hacía. Viví mi duelo con dignidad y con compasión hacia mí misma. Perdí el hambre (más) y el libido. Perdí la energía para mantener conversaciones de texto/llamadas por más de una hora. Perdí el sueño, perdí las ganas de levantarme de la cama. Perdí el interés en la vida, en la música, en el cine, en la literatura. Me enfadaba la idea de tener que enfrentar al mundo con buena cara cuando evidentemente no quería tener una buena cara.

Quise matarlos a todos. Pero no lo hice.

Pero no estaba enojada con el mimors. Quizás un poco conmigo misma por tomarme tan en serio sus palabras (¡Cualquiera dice que X es el amor de su vida, no es tan serio, es otra manera de mostrar amor!), estuve muy enojada con nuestras circunstancias que hicieron que nuestro romance fuera más difícil de lo habitual. Estaba enojada conmigo misma por no ser alorromántica y no poder enamorarme a voluntad, o con una frecuencia aceptable.

¿Me preocupaba mucho eso, el no enamorarme jamás? Sí. Creo que a mucha gente le pasa eso cuando termina relaciones, pero en mi caso genuinamente no era un miedo infundado. Eventualmente, con la cabeza fría, pude hacer las paces con esa idea (Y de todas maneras me volví a enamorar así que XD)

Creo que ya no me molesta.

~Creo~




El mimors no sólo era un amor romántico, era una amistad cercana. Tantos días y tantas noches que le dediqué a que me conociera, a conocer todos sus aspectos. Tantos instantes, tantos sueños, tantos deseos. 

Ya sé que cuando cuento su historia la gente me ve con cara de "Pues sí, un romance juvenil más" pero ES QUE NO LO ENTIENDEN. No era otra historia equis, no eran dos personas normales viviendo una situación mundana y humana. Éramos dos individuos desafiando todo, éramos dos seres amándonos hasta cuando éramos insoportables. Éramos palabras, voces y caricias bajo la mesa del bar más hetero que te puedas imaginar.

Éramos todo. Y cuando nos fuimos, no hubo nada.




El año pasado, más o menos en el verano, tuve esta imperiosa necesidad de escribirle. Estaba enamorada y tenía problemas con mi -ex- Amante(C) y necesitaba hablar de ello con alguien. ¿Qué mejor que con mi ex?

Pues le escribí una carta, sin pensar que la leería. Le conté algunos detalles. Le recalqué que no le escribía pensando que me iba a contestar, que no era obligación suya. Le deseé prosperidad. Y envié el correo.

¡¿Pueden creer que me respondió?! No de inmediato. Pero lo hizo.

Desde entonces hemos mantenido comunicación, no diría que diaria o que es frecuente, pero una comunicación importante. 





Y me resulta tan extraño darme cuenta que ahora es otra persona. Y yo soy otra persona. Y que el amor que alguna vez le tuve, sigue aquí latiendo bajo mi piel. ¿Sentirá el mimors lo mismo? Quién sabe. No creo.

Pese a esto que siento, no tengo la necesidad de correr a suplicarle que me tome otra vez. Estoy en paz con la idea de tener una amistad, tan lejana como el mimors y las circunstancias nos permitan. Estoy en paz con la idea de que quién alguna vez me consideró el amor de su vida me considere una amiga más, del montón, una persona que aporta poco-o mucho- a su vida.

Es extraño. Es un milagro. 

¿Podemos tener una amistad cuando alguna vez sentimos amor romántico?




Era una fría noche de primavera. Estaba oscuro, sólo las luces del centro de la ciudad. Nuestros amigos en común se alejaron unos metros para darnos espacio. 

El mimors me tomó entre sus brazos, se agachó lo suficiente para acercar su cara a mi hombro derecho y suspiró. Dijo "Te amo".

Y yo le dije "Lo sé" y me reí entre dientes, diabólicamente. 

Y nunca pienso en eso, pero a veces todavía siento sus manos sobre mí. Y siento sus ojos y su voz en mis sueños, en mis pesadillas.

Y el amor nunca se va, aunque las personas que lo inspiran sí.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Estoy bien

30 (nunca pensé que llegaría hasta aquí)

the one that got away (o sea "el que se escapó")