Estoy bien
Estoy bien, de verdad. Hace unos días me puse bien pedísima y terminé subiendo fotos nadaqueverientas y terminé asustando a un amigo porque le dije que me quería matar. Pero estoy bien, de verdad, háganme caso.
Pienso mucho en cómo está mi cuerpo: Siento que he engordado aunque es algo que siento cada vez que pasan estas fechas por toda la comida y el alcohol que una ingiere. El otro día me puse un bra y hasta sentía que no podía respirar.
Mientras me baño y me veo encuerada no puedo evitar notar cosas que no me gustan. No recuerdo cuándo fue la última vez que hacía eso, vigilarme: Esos vellos no van ahí. Esa piel está más flácida. Ese moretón quién sabe cómo chingados me lo hice. Ese raspón. Esa peca. No tengo lonjas, ¿Sería muy malo si me permito tener algunas? Siento que mis mulsos se están rozando mucho. ¿Mis pies serán muy chicos? Mis manos sí son pequeñísimas, no cabe una chingada en ellas. Mi piel, mi tamaño, mi vello, mis músculos, mi peso, ¿Todo está como lo recuerdo?
¿Cuándo fue la última vez que pensé en esto?
El otro día noté que me salió un granito por encima de los labios y dije: OMG, DESDE CUÁNDO SOY HUMANA??
Tener cuerpo es un fastidio.
A inicios de año tuve una infección del estómago tan dolorosa y difícil que siento que vomité todo lo de noviembre y diciembre. Me dolía estar acostada, pensé que moriría de una peritonitis -Tal vez sí morí y esto es el Bad Place-
Pero estoy bien, de verdad.
¿Cuántos son los intentos que tengo para que alguien hable conmigo antes de parecer desesperada o acosadora?
Lo pregunto porque llevo 3.
Le escribí a su güats, DOS MENSAJES. 0 respuestas.
Le escribí al correo. 0 respuestas.
Le escribí un feliz año nuevo por discord, 0 mensajes.
Sé que es evidente que no quiere hablar conmigo, pero déjenme que me explique:
Cuando terminamos, por allá de agosto, ellx dijo que sí le gustaría ser mi amigx.
Luego de eso la historia es complicada y quizás mis acciones fueron más confusos que nada. Es cierto que le bloqueé de algunas redes por cierto tiempo pero sólo porque no creí que fuera justo que ellx sí tuviera acceso a mí y yo a ellx no. Creo que, si se dio cuenta, fue el punto de quiebre.
Pero aún así dijo que quería ser mi amigx, yo le dije que necesitaba tiempo y pareció estar de acuerdo, ¿Entonces qué pasó? ¿Qué hice mal?
¿Por qué después de todo este tiempo no he obtenido respuesta o algún tipo de indicio amigable?
Me llegó un mensaje a mi NGL semanas después y casi podría apostar mi vida a que fue ellx.
¿Estoy loca? Sí. Probablemente.
Quiero entender, si no entiendo las cosas no las puedo soltar. ¿Por qué me hace esto?
Leyó todo mi blog y comienzo a creer que sólo lo hizo para herirme donde sabría que me dolería. De no ser así sabría que su silencio me haría. ¿Piensa en mí? No creo. Seguramente se olvidó ya de mí. Y miren, no me voy a ofender, está bien que me deje atrás, si cambió de opinión con mi amistad yo lo aceptaré, ¿Pero por qué no me habla?
Porque no quiere decirte nada, Mariana, por dios date cuenta. Ten dignidad.
Y debería tenerla. Es uno de mis propósitos.
Estoy bien, de verdad.
Pensé en morir, el otro día. Era de noche y volvía a casa después de haberme encontrado con mis amigas para comer y beber vino en nuestro lugar de siempre.
Estoy tan feliz por ellas: Han sabido navegar esta vida de adultas, les está yendo excelente. Me dio tanto gusto que al abrazarnos se sintieran como esas niñas que conocí hace 15 años. Sonreí con tanta fuerza cuando abrieron el regalito que les llevé. Me reí tanto, la cara se me puso roja, las mariposas, el orgullo, la emoción de sabernos juntas.
Volví a casa y en el primer camión al que me subí pensé en aventarme al boulevard apenas las puertas se abrieran.
¿Sufrirían mis amigas?
Probablemente sí. Entonces decidí aferrarme el barandal y no fijarme en la puerta hasta que tuviera que transbordar.
Llegué a mi casa cerca de las nueve (hubo mucho tráfico), subí las escaleras, me metí a bañar. El corazón me golpeaba en las costillas, no pude quitarme la sonrisa en mucho tiempo. Llegué con la garganta adolorida después de tanto hablar e igual llegué a contarle a mi mamá todo lo que supe nuevo.
Me fui a dormir y pensé:
Debería cortarme el cuello mientras todos duermen.
No lo hice. Estoy bien.
De veras.
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